Si estás en un instante de tu vida que llegas a meditar que ya has comido todas y cada una de las alteraciones apasionantes que las comidas pueden tener, espera poco antes de seguir.
No pensarás que los huevos son un comestible polivalente, ¿O bien sí? Son muy básicos: se fríen, se revuelven, se hierven y no más que eso.
Mas esto es lo más inopinado, algo que podrías no haber visto ya antes.
Si alguna vez te sirvieron un plato con perfectas rodajas de huevo duro, te debiste consultar de qué forma se las arreglaron para conseguir esas rebanadas tan consistentes. Es merced a una creación danesa.
Cuando cortas los huevos en casa con una máquina manual, sabes de forma perfecta que las rodajas van a ser de diferentes tamaños debido a la manera del huevo.
Entonces, esas perfectas porciones que te dan en el restaurant, proceden de un huevo hervido largo. Sabemos que el huevo con esa forma no salió de esta forma de la gallina o bien algo por el estilo. Entonces, ¿Cómo sucede eso?
Como probablemente supones, todo ocurre en una máquina.
Se lavan en una y en otra se les hace una fisura y se dejan abiertos, uno por uno.
Una vez quebrados, se apartan la yema, la clara y la cascarilla.
Las yemas se mezclan juntas en un enorme contenedor. Lo mismo pasa con la clara.
Cuando las 2 partes han sido revueltas separadamente, las claras se vacían en un molde con un orificio en el centro. Se hierven hasta el momento en que se pongan blancas y con la consistencia propia de un huevo.
En las claras cocidas, las yemas se inyectan en el orificio del medio.
Tras ser cocinados, los inspectores de calidad recorta los extremos “Feos” a fin de que cuando el complejo huevo llega a los restoranes, se vea como un cilindro de yema y clara perfecto.
Es de esta manera como se ve cuando están ya listos para ser embalados.
Si quizá te lo preguntas, sí, sí es posible hacer huevos largos en casa. Un recipiente en otro, y cuestión de probar suerte.
