8 errores que nos impiden disfrutar un desayuno saludable

El problema es que muchos continúan ingiriendo alimentos de mala calidad, ricos en azúcares, harinas refinadas y otros ingredientes que no cumplen con los requerimientos nutricionales del cuerpo.

Por esta razón hoy queremos revelar esos 8 errores comunes que todos deben empezar a evitar para no echar a perder las bondades del desayuno.

En los últimos años se ha advertido la importancia de ingerir un desayuno de buena calidad todos los días, ya que este es la primera fuente de energía y nutrientes que le proporcionamos al cuerpo después de cumplir con el periodo de descanso.

No obstante, aún hay varias tendencias y malos hábitos que impiden que muchos disfruten de los beneficios que debe aportar.

Y es que, aunque todo depende del metabolismo y las intolerancias de cada uno, los nutricionistas coinciden en que este debe contener hidratos de carbono, ácidos grasos esenciales y proteínas.

1. Omitir el desayuno

Omitir el desayuno es un hábito que no tiene beneficios para el cuerpo. Aunque muchos piensan que de esta forma se ahorran unas cuantas calorías, lo cierto es que puede estar influyendo en el aumento de peso.

Está comprobado que los que se saltan el desayuno tienen más ansiedad el resto de la jornada y tienden a excederse en su consumo de calorías.

Y es que, aunque muchos lo ignoran, un desayuno adecuado en cantidad y calidad le aporta más energía al cuerpo y pone en marcha el metabolismo para que funcione a buen ritmo durante toda la mañana.

2. Ingerir solo café y galletas

Los afanes para ir al trabajo o empezar con las labores de la mañana hacen que muchos remplacen un desayuno de buena calidad por un par de galletas con café.

Las comidas tan ligeras solo disfrazan el hambre y no garantizan el cubrimiento de los nutrientes que se requieren en este primer momento del día.

3. Ingerirlo muy tarde

Esta primera comida se debe consumir antes de que se cumpla la primera hora después de despertar, ya que durante este lapso el organismo incrementa su actividad física, las funciones cerebrales y otros mecanismos que requieren nutrientes para trabajar en óptimas condiciones.

Al no satisfacer pronto estas necesidades, el estómago incrementa su producción de ácidos y se genera sensación de dolor y malestar; además, algunas veces hace que se disminuyan los niveles de azúcar en la sangre.

4. Omitir los carbohidratos y la fibra

Dejar fuera del desayuno los alimentos que aportan carbohidratos y fibra es un error frecuente.

Lo que pocos saben es que estos son los que más energía le aportan al cuerpo, por lo que deben ocupar una parte importante de esta comida.

Ambos se pueden encontrar en:

Los cereales
Los tubérculos
Los granos enteros
Las frutas
Los vegetales

5. Consumir mucho dulce y grasas

Por tratarse de fuentes de energía, tanto los dulces como las grasas son necesarios dentro de una alimentación balanceada.

Sin embargo, su consumo debe ser moderado, ya que los excesos son una causa potencial de obesidad y patologías crónicas como la diabetes y los problemas cardiovasculares.

En estos casos lo más conveniente es optar por las populares grasas saludables que se encuentran en alimentos como:

El aceite de oliva
Los frutos secos y semillas
El pescado
El aguacate

6. No incluir frutas

Las frutas son uno de esos alimentos que no deberían faltar en ningún plan dietario. Estas son la mejor fuente de fibra, vitaminas, minerales y otros nutrientes de alta calidad que le aportan increíbles beneficios a la salud física y mental.

Incorporando una o dos porciones en el desayuno facilitamos que se cumpla la recomendación de ingerir al menos cinco piezas en el día.

7. Excederse con las cantidades

Así como los desayunos ligeros pueden acarrear varias consecuencias, los excesos también tienen sus cosas negativas.

Esto puede provocar indigestión y varias molestias que interrumpen la jornada. Además, con el tiempo el estómago tiende a aumentar de tamaño, y puede dar paso el sobrepeso u obesidad.

8. Comer de afán

Al comer de afán se dificulta la digestión porque los alimentos no se mastican de forma correcta y suele ir demasiado aire al estómago.

Lo más aconsejado es ingerir las comidas en un ambiente tranquilo y sin distractores, dedicando, por lo menos, 20 minutos.

¿Identificas alguno de estos errores? Si sientes que los estás cometiendo, más te vale empezar a corregirlos para no tener inconvenientes más adelante.

Fuente: Mejor con salud

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