EFE
Guadalajara (México).- Al menos un centenar de habitantes de los poblados de San Pedro Itzicán y Agua caliente, en el occidental estado mexicano de Jalisco, murieron en la última década debido a problemas renales y decenas enferman por el agua potable contaminada, afirman especialistas.
Ubicados en la ribera del lago de Chapala, los pobladores de estas comunidades luchan por subsistir entre la pobreza, la desnutrición y la amenaza que representa para su salud el agua con sustancias nocivas.
Esas comunidades de origen indígena han ingerido por décadas el agua proveniente de un pozo termal y un manantial que surten a la red pública, pero que no es tratada para el consumo humano, dice a Efe Enrique Lira, miembro del Foro Socioambiental Guadalajara, una organización religiosa que da seguimiento al problema.
Explica que los análisis realizados por diversas instituciones públicas revelan que desde hace al menos cinco años el agua tiene altos niveles de sulfuros, manganeso, fluoruros y heces fecales que superan lo permitido por la Norma Oficial Mexicana.
"La más elevada es la de los sulfuros, en los estudios anteriores que tenemos desde 2011 hasta 2016, (el de) 2013 tiene 21.000 veces más de sulfuros que la norma", dice Lira, quien sostiene que estas sustancias son fuente del creciente número de casos de insuficiencia renal y malformaciones congénitas.
El problema, dice, no es nuevo. Hay análisis realizados por la Comisión Estatal del Agua que revelan las anomalías en la calidad del líquido desde 2011.
Consultados por Efe, fuentes de esa institución aseguran que es al ayuntamiento de Poncitlán, al que pertenecen las comunidades, al que corresponde el saneamiento del agua, y no a ellos.
En 2012 la Comisión de Derechos Humanos de Jalisco emitió una recomendación al municipio de Poncitlán para que asegurara la inocuidad del agua y la salud de los habitantes. En la actualidad solo existe una planta para "enfriar" el agua termal que sale del pozo.
Beberla ha tenido un costo alto para los habitantes. Aunque no hay un censo oficial de decesos o enfermos, Lira afirma que al menos cien muertes de la última década han tenido como causa registrada enfermedades del riñón.
Decenas han recibido tratamiento y unos cuantos un trasplante.
Actualmente hay al menos 15 casos de personas con insuficiencia renal; el menor de ellos es Eduardo, un pequeño de 11 años que vive en Agua Caliente, cuya estatura e hinchazón lo hace parecer de menor edad.
Graciela González, de 23 años, supo en junio de 2015 que estaba enferma del riñón. Junto a su hijo de unos 6 años cuenta a Efe que no sabía que tomar el agua que viene del pozo podía hacerle tanto daño.
Desde un pequeño cuarto de su casa de ladrillo, enfrenta un tratamiento de diálisis que no puede pagar con el sueldo que recibe por asear una casa adinerada en Guadalajara.
En el Hospital Civil de Guadalajara se han registrado 226 casos de enfermedades renales de habitantes de alguna de las localidades de Poncitlán, desde 2009 a la fecha. También han documentado 70 casos de malformaciones congénitas en el mismo periodo.
Un estudio realizado por el investigador de la Universidad de Guadalajara Felipe Lozano revela que de los 300 alumnos de preescolar, primaria y secundaria de Agua Caliente, 170 presentaron indicios de daño renal.
Los casos de personas que nacen con pies y manos deformes o con algún problema de desarrollo cognitivo se han registrado en estos poblados por más de 20 años.
La hija de Ofelia Orsino, Sandra, de 23 años, nació con una malformación en los pies que le impide caminar. Tampoco puede hablar con fluidez.
En el hospital al que acudió no le dieron explicación para la enfermedad de la niña. "Hasta después ya nos vinimos enterando que el agua estaba muy contaminada y que por eso nos nacían los niños enfermitos", comenta.
Como todos en el pueblo, tuvo acceso a agua embotellada barata apenas hace unos años, pero con siete hijos le es difícil pagar los 18 pesos (un dólar) que cuesta: "Y así estamos, viviendo con el agua que nos está matando".
El especialista Felipe Lozano sostiene que el problema tiene que ver con otros factores contaminantes, además del alto grado de desnutrición entre los habitantes, especialmente en los niños, quienes solo consumen chayotes, frijoles, pescado y maíz.
Los habitantes de San Pedro Itzicán y Agua caliente viven en hacinamiento, con suelos de tierra, pesticidas en casa y en los cultivos que los alimentan, además de que se cocina con leña, lo que genera gases tóxicos.
"Son factores socio ambientales que están incidiendo en la población, se potencializan uno con otro, tenemos un serio problema de desnutrición muy alta en estos niños, no solo de insuficiencia renal, sino un serio problema de déficit cognitivo", sentencia.
En la zona hay un centro de salud cuyos médicos atienden dos veces a la semana, durante el día. Los enfermos más graves deben ir a Tlajomulco o a Guadalajara para recibir atención médica.
La Secretaría de Salud de Jalisco anunció en abril pasado que hará un estudio epidemiológico para medir el incremento de casos de insuficiencia renal y su correlación con la ingesta de agua.