13 tipos de cáncer de los que te previene haciendo ejercicios

Aquellos que todavía necesiten motivación para moverse más podrían encontrarla en un nuevo estudio que muestra que, además de sus otros beneficios para la salud, el ejercicio parece reducir sustancialmente el riesgo de presentar 13 distintos tipos de cáncer. Son muchos más de los que los científicos pensaban que el ejercicio podría afectar.

Este estudio integral también sugiere que los posibles beneficios del ejercicio para combatir el cáncer parecen mantenerse incluso en las personas con sobrepeso.

Por supuesto, la idea de que el ejercicio puede cambiar la situación de alguien ante el cáncer no es nueva. Muchos estudios han encontrado que las personas físicamente activas, ya sea a través del ejercicio o en sus trabajos, tienen menor tendencia a presentar ciertos tipos de cáncer que las sedentarias.

Sin embargo, esos estudios examinaban principalmente la asociación entre el ejercicio y algunos tumores comunes, como el cáncer de mama en mujeres y de colon o pulmón tanto en hombres como en mujeres.

La pregunta sobre si la actividad física, o de manera más precisa el ejercicio, también podría reducir el riesgo de que aparecieran otros tipos de cáncer no se resolvía.

Así que para el nuevo estudio, que se publicó esta semana en JAMA Internal Medicine, un grupo de científicos relacionados con la división de epidemiología y genética del cáncer del Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos, de la Facultad de Medicina de Harvard y otras instituciones de todo el mundo recurrieron a un amplio acervo de estudios epidemiológicos realizados en Estados Unidos o Europa.

En esos primeros estudios, los investigadores midieron directamente la masa corporal de los voluntarios así como otros marcadores de salud, además de hacerles preguntas sobre su dieta y hábitos de ejercicio. Después continuaron observando a los participantes durante una década o más y registraron sus diagnósticos médicos o, en algunos casos, sus muertes.

Esos estudios ayudan a establecer vínculos entre los estilos de vida y el riesgo de padecer enfermedades. Sin embargo, la cantidad de personas incluidas debe ser muy grande para que esos vínculos sean convincentes.

Para reunir una cantidad suficiente de sujetos, los investigadores del Instituto de Cáncer juntaron los datos de 12 estudios a gran escala que, agrupados, dan un total de 1,44 millones de hombres y mujeres.

Los investigadores se enfocaron en información específica de cada una de esas personas en relación con el ejercicio físico, así como con el vigor y la frecuencia del mismo. También buscaron si después del inicio de cada estudio se les había diagnosticado algún tipo de cáncer y, en su caso, cuándo.

Luego, mediante sofisticados métodos estadísticos, hicieron cálculos sobre el papel que el ejercicio, en particular el ejercicio moderado o vigoroso como la caminata rápida o el trote, parecían desempeñar en el riesgo de presentar cáncer.

Resultó que su papel era considerable. La gente que dijo ejercitarse moderadamente, incluso si el tiempo que le dedicaba era poco, tuvo un riesgo significativamente menor de padecer 13 tipos distintos de cáncer que quienes eran sedentarios.

Los investigadores encontraron un riesgo reducido de cáncer de mama, pulmón y colon, lo que ya se había detectado en estudios anteriores. Sin embargo, también encontraron un riesgo menor del desarrollo de tumores en hígado, esófago, riñón, estómago, endometrio, sangre, médula espinal, cabeza y cuello, así como recto y vejiga.

La disminución en el riesgo de presentar estos 13 tipos de cáncer se incrementaba conforme la gente se ejercitaba más. Cuando los investigadores compararon los 10 mejores porcentajes de personas que se ejercitaban, es decir, aquellos que pasaban más tiempo a la semana en ejercicios moderados o vigorosos, con el 10 por ciento de los menos activos, los primeros tenían hasta un 20 por ciento menos de probabilidades de presentar la mayoría de los tipos de cáncer en el estudio.

Por otro lado, encontraron un riesgo aumentado de dos tipos de neoplasias (melanoma y tumores de próstata de crecimiento lento) entre la gente que más se ejercitaba. Esos hallazgos pueden explicarse, en gran medida, por ciertas características de la gente activa, según Steven Moore, el investigador del Instituto Nacional de Cáncer que dirigió el estudio.

“La gente que hace ejercicio por lo general se hace más revisiones médicas” que los sedentarios, afirmó, lo que lleva a más pruebas para enfermedades como los tipos de cáncer de próstata llamados de escasa malignidad (no hubo una asociación discernible, ni positiva ni negativa, entre el ejercicio y los tumores de próstata agresivos). “También acostumbran ejercitarse en exteriores, por lo que están más expuestos al sol”, agregó, que quienes casi no hacen ejercicio, lo que quizá contribuye a un mayor riesgo de padecer melanoma.

Es alentador que las asociaciones entre el ejercicio y el riesgo reducido de presentar cáncer se mantuvieron incluso cuando los investigadores tomaron en cuenta la masa corporal. Las personas con sobrepeso u obesas pero que hacían ejercicio tenían un riesgo mucho menor de que se desarrollaran la mayoría de los tipos de cáncer que la gente con sobrepeso que casi no se movía.

La manera en la que la actividad física puede disminuir el riesgo de tipos de cáncer tan distintos no se ha comprendido por completo, sostuvo el Dr. Moore, aunque él y sus colegas sospechan que seguramente contribuyen los cambios en los niveles hormonales, el grado de inflamación, la digestión y, en general, el equilibrio energético de quienes hacen ejercicio.

Hay que tomar en cuenta, no obstante, que este estudio fue observacional, por lo que no puede probar directamente que el ejercicio reduzca el riesgo de padecer cáncer, sino solo que hay una asociación entre más ejercicio y menos enfermedad.

Así mismo, se basó en los recuerdos de los participantes sobre sus hábitos de ejercicio, lo que puede ser poco fiable.

Aun con tales limitaciones, los hallazgos constituyen una sugerencia sólida de que el ejercicio puede ayudar a reducir el riesgo de presentar muchos tipos de cáncer, “además de que tiene pocos efectos secundarios y no cuesta mucho”, dijo el Dr. Moore, que corre casi todos los días.

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