La vagina produce, durante los primeros meses de embarazo, un tapón mucoso que protege al feto de posibles infecciones, a la vez que su creación propicia el aumento de la bolsa del feto. El aumento del riego sanguíneo es otra de las características propias de una mujer embarazada, esto provoca que las secreciones que se producen tengan un aspecto más espeso, lechoso.
Problemas de la vagina durante el embarazo
Los vasos sanguíneos de la vagina se dilatan y junto con el aumento del flujo sanguíneo hace que puedan producirse varices en la vagina y vulva. Lo que hace que el color de la vagina cambie de rosa a color rojo intenso. Si nos sucede esto suele ser a las 20 semanas de embarazo y hay tratamiento para aliviar las molestias. No son muy frecuentes, pero pueden ser causa de un aumento de peso excesivo, estar mucho tiempo de pie o en ambientes de intenso calor.
Cómo mantener una higiene íntima adecuada
Cuando estamos embarazadas debemos mantener la misma higiene que siempre. Debemos lavarnos de delante a atrás para evitar que cualquier microorganismo de la zona anal entre en contacto con la vagina. Algo que debemos evitar siempre, son las duchas vaginales, ya que pueden destrozar la flora vaginal. Así que con lavarnos un par de veces al día es suficiente.
Es importante utilizar prendas de algodón y evitar ropa interior ajustada, para que tengamos una buena transpiración y evitar infecciones o hongos.