Es muy importante volver a la normalidad cuanto antes después de sufrir un accidente cerebrovascular o ictus. Se trata de un trastorno de la circulación cerebral que altera parte del cerebro.
Entre las secuelas que puede sufrir el paciente, es frecuente que, durante el proceso rehabilitador y también al finalizar éste, se produzcan alteraciones del estado de ánimo.
La depresión, la apatía o la ansiedad son bastante comunes, y pueden interferir en el proceso de rehabilitación.
Por eso, tanto el paciente como su familia deben aprender algunos cuidados y consejos muy útiles que pueden facilitar la vuelta a casa.
Los especialistas del Departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra ofrecen una serie de recomendaciones:
A partir de los nueve meses del daño cerebral, el grado de mejora posible disminuye. En los períodos inmediatamente posteriores a un ictus, el cerebro está especialmente primado para mejorar.
Así, la neurorrehabilitación temprana es clave para ayudar al paciente a recuperar las funciones neurológicas que ha perdido.
Es importante que el tratamiento sea intensivo, durante tres horas diarias (mínimo).
La Unidad de Neurorrehabilitación de la Clínica Universidad de Navarra está integrada por un equipo de especialistas en daño cerebral: neurólogo, rehabilitador, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, logopeda, ortopeda, trabajadora social, personal de enfermería y auxiliar especializados.
Se trata de un factor clave en la administración de un tratamiento lo más completo posible.