Venezuela.- Los enfermos, además de costear muchos de los estudios, medicamentos y comida, deben comprar material de limpieza para sanear las habitaciones
Casos de pobreza extrema y necesidad se encuentran en las habitaciones colectivas del hospital Luis Razetti de Barcelona.
La salud gratuita es un mito para quienes durante su estadía en este centro de salud público deben comprar medicamentos, soluciones, comida e incluso el material de limpieza para mantener aseada su habitación.
“No es gratis tener a un familiar aquí, y quienes venimos es porque no tenemos plata, para una clínica o un seguro y de todos modos gastamos y parimos a diario dinero que no tenemos”, dijo Rosángela Monasterio, quien tiene a su papá recluido en el hospital desde hace cerca de tres meses.
La solución 0.9 es uno de los gastos diarios que deben costear los pacientes y sus familiares, ya que en el hospital hay un gran déficit de este insumo y los utilizan con muchas restricciones.
Raquel Rivero, esposa de un paciente de traumatología, informó que a diario debe comprar dicha solución hidratante y le cuesta 2 mil 500 bolívares el frasco de 500 ml.
Agregó que como son escasas, en ocasiones sólo consigue las bolsas de 100 ml hasta en 700 bolívares y debe comprar varias para que le pongan el tratamiento a su compañero sentimental.
Labores domésticas
Carlos Jiménez, quien se encuentra en el mismo piso, a la espera de ser operado de las piernas, se quejó de las muchas deficiencias del hospital y aseguró que ahí solo tienen el cuarto y a los médicos, porque lo demás deben comprarlos ellos. Afirmó en su mayoría, son personas de muy bajos recursos.
Comentó que incluso los pacientes deben encargarse de la limpieza de sus habitaciones porque hay muy pocas camareras y no tienen material para trabajar.
El joven, que se encuentra en silla de ruedas, explicó que Jesús, uno de sus compañeros de cuarto, quien es un hombre de la tercera edad, se encarga de barrer, porque tiene sus piernas sanas, (su lesión es en un brazo), mientras él exprime el coleto y ayuda a limpiar desde su silla.
Algunos de sus compañeros de cuarto agregaron que entre todos compran los implementos y productos para el aseo de su habitación, así como del baño que comparten más de 50 pacientes.
El señor Jesús es un hombre de la tercera edad que se encuentra hospitalizado a las espera de una cirugía en el brazo desde hace cerca de un mes. No tiene recursos para costear su alimentación a diario y se ha mantenido los últimos días de la caridad de sus vecinos.
Una situación parecida vive Ramón García, quien lleva más de cuatro meses recluido y afirmó que perderá su turno para ser operado por no tener Bs 1,500 para un examen de sangre. “Me iré a quedar lisiado”, dijo con tristeza. Vive de la caridad, ya que según afirmó, no tiene familia.
Pacientes del hospital Razetti se quejaron de maltrato por parte de los cuerpos de seguridad que custodian el recinto. “Nos tratan como delincuentes”, dijo Carlos Jiménez, quien afirmó que eso empezó tras una protesta que hicieron por la tardanza en las operaciones.
Fuente: El Tiempo
