En la generación de la obesidad infantil intervienen una serie de factores, entre los cuales uno de los principales es el sedentarismo: la inactividad, el sentarse sin moverse por horas.
Por fortuna, este factor es relativamente fácil de corregir, simplemente basta con incrementar la cantidad de ejercicio físico, eso piensan muchos.
Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. No es tan fácil. El ejercicio físico, para algunos niños y los adolescentes obesos, puede ser aburrido, fatigoso, algo de lo que rehuyen porque no es tan divertido ni estimulante como el mundo virtual de la televisión, la computadora o el celular.
Sin embargo, ahora es posible revertir esta situación, utilizando como herramienta precisamente la realidad virtual. Esta información es compartida por la Fundación Torres-Picón.
Convertir la actividad física en algo entretenido y atractivo para los jóvenes, a fin de combatir la obesidad infantil y juvenil, es viable; tal como lo ha demostrado un estudio publicado en la revista Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking, el cual fue llevado a cabo por un grupo de expertos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn), adscrito al Instituto de Salud Carlos III, la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad de Valencia y la Universidad CEU Cardenal Herrera, en España.
El estudio consistió en evaluar las reacciones físicas y emocionales de un grupo de 109 jóvenes con edades comprendidas entre diez y quince años, a quienes se sometió a dos sesiones de paseo y carrera continua en cinta, de ocho minutos de duración cada una.
En la primera sesión de ejercicios, los jóvenes se encontraban inmersos en un entorno virtual que incluía un avatar que se movía al mismo ritmo de cada participante; en la segunda sesión, por el contrario, el elemento virtual estaba totalmente ausente.
En cada oportunidad, los investigadores analizaron la actividad cardiovascular, así como diversas reacciones de tipo psicológico, como el cansancio percibido, la sensación de disfrute y la capacidad de atención de los jóvenes.
Se observó que al ejercitarse en un ambiente de realidad virtual, los jóvenes obesos se divierten y se distraen más, lo que hace que soporten mejor el ejercicio y disminuya la sensación de cansancio; no obstante, en los jóvenes con peso normal no aparecieron estas diferencias.
Según asegura Jaime Guixeres, investigador de LabLeni de la Universidad Politécnica de Valencia: “La clave reside en que los niños disfrutan más del ejercicio, se olvidan de que están corriendo y, por ende, la sensación de fatiga disminuye.
Por tanto, la realidad virtual les distrae y aguantan mejor una sesión de ejercicio”.
Por su parte, Rosa Banos, experta de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia, comentó: “Este estudio permite avanzar en la comprensión de los mecanismos por los cuales la realidad virtual puede ser fundamental para el paso del sedentarismo a la actividad en el tratamiento de la obesidad infantil”.
Se trata de una información, estudio y resultado de alto interés para el diseño de nuevas medidas para la prevención y control de la obesidad, que irían de la mano con las nuevas tecnologías, apunta Pedro J. Torres, portavoz y directivo de la Fundación Torres-Picón.
No obstante, reflexiona, esto vale solo como una opción, pues con menores complicaciones tecnológicas así como de equipamiento y formidables efectos o resultados, bailar es un ejercicio que lo logra.
No necesariamente debe realizarse con una técnica establecida, por el contrario, existen muchas opciones de baile.
Para aquellos jóvenes y niños de gustos clásicos está el ballet o el flamenco, pero para quien gusta de algo menos tradicional, ¿por qué no hip hop o la salsa? Y aún quienes no tienen interés en tomar clases formales de danza, simplemente pueden bailar en casa mientras realizan sus quehaceres diarios.
Ese es un recordatorio oportuno que siempre se nos hace desde el ámbito de la danza o baile, agregó Torres.
