Su consumo diario, con las debidas precauciones de higiene, contribuye a una serie de beneficios para tu salud. A continuación, entérate de cuáles se tratan.
1) Comer alimentos sin ser cocidos promueve una mejor masticación para digerirlo, lo que permite una mejor digestión y, en consecuencia, en una menor hinchazón abdominal y menos gases.
Es conocido además que los vegetales crudos contienen enzimas que ayudan a una mejor digestión de los alimentos.
2) Consumir los alimentos en su estado natural, a la par de un aporte justo de proteína animal, ayuda a mantener el equilibrio entre las distintas colonias de microorganismos que se hallan en el intestino. Esto permite una buena absorción de nutrientes y la fabricación de sustancias como la serotonina, hormona que produce el buen ánimo.
3) Al no cocer los alimentos, estos mantienen sus vitaminas y antioxidantes. Estos nutrientes son vitales en el proceso de obtención de energía.
4) En definitiva, los alimentos sin cocción permiten que el organismo reciba suficientes antioxidantes que compensen la acción oxidante del oxígeno que respiramos y de los radicales libres. En consecuencia, se retrasa el proceso de envejecimiento en el organismo y en el cerebro.
5) Consumir alimentos al natural contribuye a un mejor descanso durante las horas de sueño. Además, al despertar la persona se siente con más energía, sin sentirse agotada o aturdida.
6) El proveerse de alimentos crudos mejora el humor de las persona, así como a que piensen con mayor claridad y puedan concentrarse.
7) Una fórmula para evitar el estreñimiento es el comer frutas y verduras crudas, ricas en fibra, pues ayudan a acelerar el movimiento intestinal y favorecen a la evacuación.
8) Finalmente, los alimentos crudos contribuyen a bajar de peso, porque son bajos en calorías y ayudan a desintoxicar el cuerpo. Vale recalcar que para mantener un peso saludable con este tipo de dieta, es necesario complementar con una variedad de nueces, semillas y aguacate.
Fuente: Vida y Estilo
