Pedro J. Torres: Problemas emocionales pueden estimular obesidad en los niños

Varios son los factores que pueden intervenir en el desarrollo de la obesidad, como los genéticos, sociales, ambientales, trastornos de salud, sedentarismo, educación, y otros, pero existe también un elemento que no hay que descuidar, especialmente cuando se trata de obesidad infantil, y es el factor psicológico emocional.

Sobre esto muchos profesionales de la salud vienen advirtiendo, y la Fundación Torres-Picón comparte esta vez, más información preventiva.

Ante situaciones perturbadoras que el niño no es capaz de controlar, como el divorcio de los padres, el nacimiento de un hermano o la incorporación a la guardería o escuela, el pequeño puede reaccionar comiendo en exceso, lo que en ocasiones genera aumento de peso y luego obesidad.

En este sentido, expresa la doctora Esmeralda Yelisse García Ortega, psicóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social en Jalisco, que es sumamente importante abordar el problema de la obesidad infantil y el sobrepeso en los niños a través de un enfoque multidisciplinario, para descartar en primer lugar que no existan alteraciones endocrinas, y en seguida detectar cuáles son exactamente las situaciones que originan los posibles conflictos emocionales que están generando el problema.

“Vamos a ver qué hay detrás de la obesidad, generalmente en el plano emocional tiene que ver con el protegerse de alguna situación. Hay algo que mi organismo no puede digerir, psicológicamente sucede lo mismo, es algo que no puedo eliminar”, explicó.

Al definir la existencia de una situación emocional o psicológica que está provocando la obesidad, o que el niño no responde al tratamiento que se le está aplicando, o bien que se niega a seguir las indicaciones del médico, el especialista debe aplicar una terapia que ayude al pequeño a canalizar sanamente sus emociones, sin utilizar la comida como un recurso; de esta manera se pueden lograr cambios en la forma en que el niño se relaciona con la comida.

García Ortega enfatizó que para el niño es vital contar con el apoyo de sus padres en su lucha contra la obesidad o el sobrepeso; en este sentido, deben evitar cualquier conducta que fomente en su hijo la ingesta excesiva de comida, al mismo tiempo que deben darle a los alimentos el valor que les corresponde, que no es el de premio o expresión de afecto.

“Es muy común querer manifestar el amor con comida, si vas a una casa lo primero que se te ofrece es alimento. Debemos pensar cuál es el valor que le damos a la comida, emocionalmente hablando”, dijo.

También es importante ayudar al niño a comprender cuáles son las razones que lo impulsan a comer de más, motivarlo para que persevere en su empeño de alcanzar un peso más adecuado, estableciendo metas a corto plazo y posiblemente idear algún sistema de premios para cada vez que alcance una de estas metas; igualmente se deben diseñar estrategias para fomentar la formación de hábitos saludables de alimentación en forma permanente.

Diferentes medios de comunicación online así como las agencias internacionales de noticias vienen dando cuenta de serios estudios que hemos compartido también desde la Fundación Torres-Picón.

Nos enfocamos en la prevención y pensamos que es necesario insistir en la formación de conciencia así como en brindar oportunidades a todas las personas para desarrollar estilos de vida saludables.

Esto debe hacerse en el hogar y también en las escuelas. Es responsabilidad tanto de los padres y representantes, como de los maestros y profesores.

Hay que trabajar lo individual, así como lo colectivo, siempre orientados por los profesionales de la salud, recuerda Pedro J. Torres, vocero y directivo de la fundación.

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